En Búsqueda Del Empleado Perfecto



Por: Jorge Valentiner, Software Quality Assurance Engineer en Meta4
Tomado de: Glocal Thinking 

Actualmente, cada vez es más complejo buscar candidatos y elaborar estrategias de retención del personal dentro de la empresa. Esto se debe a que ya no se buscan solo “perfiles” descritos en una hoja Excel, sino que ahora empiezan a cobrar importancia otras habilidades difícilmente “tangibles y medibles”, como son la actitud positiva, el grado de motivación e implicación en el trabajo desempeñado, y la  empatía.

Estas habilidades no siempre son “condiciones necesarias” para determinados puestos o, simplemente, no se les suele dar la importancia que, en mi opinión, claramente merecen.
No deberíamos pasar por alto el hecho de que un empleado motivado, proactivo, con ganas de aprender y crecer, sin duda, aporta mucho más al equipo que otro que haga el mismo trabajo y en las mismas condiciones, pero sin las cualidades mencionadas anteriormente.
¿Por qué esto es así? Porque al mismo tiempo que el trabajador motivado contagia esa energía y positividad a quienes lo rodean, recientes estudios revelan que casi el 80% de los trabajadores afirman que se implicarían más en su trabajo si sintieran sus logros reconocidos. Por tanto, es fundamental que relacionemos la motivación laboral con la productividad y los resultados.
Para todos los empleados, el salario emocional es muy importante; (a veces más que la retribución económica percibida). Esto que parece utópico es la pura realidad, ya que una vez alcanzada cierta estabilidad financiera y de calidad de vida, el grado de motivación tiende a mermar, corriéndose el riesgo de acomodarse en un puesto. Es en estos momentos cuando prima llevar a cabo técnicas y estrategias corporativas para mantener el grado de motivación. Con estas herramientas se consigue que el empleado vaya al trabajo con ilusión y que sea más eficaz al implicarse en mayor medida; lo que se traduce en un beneficio evidente en su aportación a la empresa.

¿Cómo se consigue esto? Haciendo un especial seguimiento en su progresión y apoyándose en los procesos de evaluación del desempeño laboral. La evaluación del desempeño es un instrumento en el que siempre nos debemos apoyar para comprobar el grado de cumplimiento y satisfacción del empleado debido a  que es un factor imprescindible en el proceso de integración laboral y/o de adaptación a los puestos de trabajo.
Por todo ello, las empresas deberían velar por que se realicen los ascensos/promociones a la gente adecuada, de una forma imparcial y basada en méritos. Asimismo, deberían tener en cuenta las opiniones  y sugerencias de sus trabajadores; y trazar un plan de carrera  bien definido y  un plan de retribución atractivo basado en premiar el mérito y el esfuerzo. Esto es fundamental para que el empleado sienta que su trabajo aporta valor a la empresa, y para que  se fomente el sentimiento de pertenencia  a la misma. Si sus logros son reconocidos el  trabajador se sentirá cómodo, valorado y , en definitiva, feliz con su empresa; con lo que dará lo mejor de sí  todos los días.
Otros elementos que fomentan la motivación en los empleados son  las políticas empresariales de conciliación de la vida laboral y familiar, y planes de retribución flexibles encaminados a reforzar las estrategias de retención del talento (mantener el know-how dentro de la empresa es vital para alcanzar las metas financieras corporativas a largo plazo).
Por último, es esencial que la organización impulse las relaciones basadas en la confianza y el trabajo en equipo a través de un aprendizaje colaborativo dentro de un entorno amigable, comunicativo y participativo.
El “empleado perfecto”, como tal, no existe; el empleado perfecto se forja, se nutre, se cuida y en consecuencia, se desarrolla en la medida que su entorno se lo permita. Es, por ello, determinante tratar a los empleados de forma personalizada y premiar el esfuerzo de forma individualbasándose en los resultados obtenidos, con metas y objetivos claramente definidos para lograr captar, premiar y fidelizar el talento. Además, la concesión de autonomía y libertad a los empleados va de la mano de la mutua confianza, ya que se da la oportunidad de demostrar su valía en base a los logros alcanzados, al mismo tiempo que se dan ánimos y apoyo en caso que se cometiese un error, o bien, recibir reconocimiento público ante la consecución de logros y éxitos de todos los integrantes del equipo.

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