¿Qué debe hacer México ante una posible crisis económica?



En un México cambiante, lleno de volatilidad económica, donde existe la incertidumbre respecto al precio del dólar y el miedo a la depreciación del petróleo, ¿qué podemos o debemos hacer como ciudadanos?

De acuerdo con las noticias y con muchos analistas, el 2017 se ve complicado para los mexicanos en materia económica. Desde el inicio del año hemos visto gran volatilidad con el efecto de una constante alza en el precio del dólar, más ahora con la victoria de Donald Trump para ser el próximo presidente de Estados Unidos.

En nuestro país, la dependencia de los ingresos del petróleo ha ido disminuyendo en gran medida. Con esto, la cada vez mayor dependencia de los ingresos no petroleros, provenientes, por ejemplo, de la reforma hacendaria, manufactura, turismo y la recepción de remesas provenientes de nuestros paisanos en el extranjero se vuelven fundamentales para contrarrestar el derrumbe de los ingresos petroleros.

Debemos pensar no sólo en la situación económica actual. En entrevista con el diario británico Financial Times, el presidente del Banco de México, Agustín Carstens, dijo que “se avecina una crisis potencialmente severa y de consecuencias violentas, debido a los estragos que pudiera causar el retiro de las políticas monetarias no convencionales en países ricos y la desaceleración de China”.

El hecho de que el tipo de cambio peso-dólar y el precio del petróleo dependen de la política y la economía nacional e internacional, y que su regulación no está al alcance de la gran mayoría de los mexicanos, nos lleva a preguntarnos ¿qué es lo que hay que hacer con eso? No podemos tener una conducta reactiva; al contrario, en estas y otras épocas la forma de contrarrestar esta situación es ponernos en acción en lo que sí está a nuestro alcance controlar.



¿Qué podemos hacer empresarios y trabajadores mexicanos para afrontar esta crisis?

– Los empresarios podemos revisar y reducir gastos, negociar con proveedores, realizar mejor y mayor promoción de nuestros bienes y servicios, generar alianzas con otras empresas –dentro y fuera del país–, reducir inventarios, ofrecer descuentos y planes atractivos de pago, mejorar el trato y el servicio al cliente y, sobre todo, elevar la calidad de nuestros productos y servicios.

– Los trabajadores podemos no gastar más de lo necesario, no gastar más de lo que se gana, hacer y planear un presupuesto mensual que sea realista y tener la disciplina para no salir de él, buscar precios bajos y ofertas, pagar las deudas, limitar el uso de servicios como gas, luz, teléfono, etc., pero, sobre todo, mantenerse siempre en constante preparación y elevar la calidad de nuestro trabajo.

Necesitamos ser cada vez más eficientes y competitivos, ofrecer mejores servicios y productos tanto para el mercado interno como para el mercado internacional, necesitamos, cada uno, en donde estemos, desde lo que nos toque hacer, ser más productivos, elevar nuestra calidad profesional en todos los niveles para estar preparados para hacer frente la situación económica actual y cualquier crisis internacional que se avecine en el futuro.

Hay que voltear y ver qué han hecho las economías con más crecimiento económico de los últimos años, por ejemplo, Asia Oriental tiene el récord de crecimiento económico en las últimas décadas. Esto se debió al desarrollo industrial de nueve países: China, Japón, Hong Kong, Singapur, Taiwán y República de Corea, y tres países de reciente industrialización: Malasia, Tailandia e Indonesia.

¿Cómo lo lograron? Basaron su desarrollo industrial en las inversiones de capital extranjero, sobreexplotación de la mano de obra barata, abundante y organizada en sindicatos, la localización geográfica (por el fácil acceso a las vías marítimas para la exportación de sus productos), el modelo económico del crecimiento liderado por las exportaciones, la estabilidad económica, que atrajo la llegada de capitales extranjeros, el otorgamiento de créditos para industrias estratégicas, aprovechamiento de las tecnologías provenientes del exterior, el aumento de la capacidad de la fuerza laboral, estableciéndose niveles educativos de calidad priorizándose las carreras de ciencia y tecnología y la eficiente sincronización entre el sector público y privado, donde el Estado jugó un papel fundamental.

“La gran multiplicación de la producción de todos los diversos oficios, derivada de la división del trabajo, da lugar, en una sociedad bien gobernada, a esa riqueza universal que se extiende hasta las clases más bajas del pueblo”: Adam Smith.

Sí, hay cosas que nos afectan y que no podemos controlar, y hay épocas buenas y malas, pero estoy segura de que si actuamos con la más alta calidad, de forma creativa y proactiva, ninguna crisis externa podrá afectarnos. Al final tendríamos que pensar que mi trabajo depende de mí; mi futuro y mi negocio, también.


Por: Ana Laura Arroyo
Vía: Forbes

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