7 acciones para perder el miedo tras el terremoto


Este es un buen momento para transformarnos en mejores seres humanos, en reajustar y reflexionar si estamos dando lo mejor a la sociedad.


Después de la tragedia se siente como una resaca de tristeza y miedo. Pero igual hay que seguir nuestras actividades, ya sea trabajando, apoyando en labores de rescate o de reconstrucción.


Muchas empresas han comenzado a reanudar actividades, después de días de incertidumbre ante la contingencia causada por el sismo del pasado 19 de septiembre. La gran mayoría vuelve a sus labores con la incertidumbre y el impacto de lo vivido. Sin embargo, el ánimo no debe quebrarse, dice Marcela Hernández, especialista en coaching ontológico.

“Enrolarnos otra vez en las actividades, en la rutina de trabajo, ayuda a poner la mente en otras cosas que no son alimentar el miedo o la incertidumbre”, explica.

Hace falta cambiar el chip y encontrar las razones para mantenerse optimistas. Hernández dice que basta con ver los ejemplos inspiradores de los héroes anónimos que se volcaron a ayudar ante esta emergencia.

Lo primero que hay que asegurar al regresar a las oficinas, centros de trabajo, viviendas o escuelas es lo elemental: saberse seguros en los diferentes lugares. También es una buena oportunidad de cuestionamientos, de mejorar la actitud, de retomar el ánimo y de pensar de qué formas también se está engrandeciendo a México –no sólo ayudando en las zonas de desastre–.


De todo lo anterior habla Hernández. Estos son los puntos que sugiere la experta para empezar a dejar el miedo atrás:

1. Acciones prácticas

Antes de cualquier cambio de ánimo, lo importante es saber que estarás en un espacio adecuado.

“Es importante saber que nuestros espacios de trabajo han pasado por la aprobación necesaria para determinar que se trata de lugares seguros; si nos encontramos en sitios agrietados, que son muy viejos y se han visto resentidos por el terremoto, o hay signos que nos pueden poner en alarma, entonces lo normal es que el miedo se incremente, porque estaremos viendo una amenaza real”, dice Hernández.

2. ¿El miedo es real o no?

Si lo anterior no se cumple y te ves en un lugar dañado, el miedo es real. Pero si los espacios ya han sido evaluados y no hay nada que temer, se puede decir que el miedo es derivado de una situación traumática, y eso es lo que hay que superar.

“Hay que seguir adelante, sabiendo que no va a pasar nada si tomamos las precauciones necesarias y siendo conscientes, también, de que los riesgos están en todos lados, pero no por ello vamos a detener nuestra vida”, advierte la especialista.

3. Tomar lo mejor de cada momento

Situaciones extremas, como el terremoto del martes, ponen a la población a enfrentar, mucho más cerca que nunca, la posibilidad de morir. “Decidir cómo voy a actuar a partir de esto que viví, qué tanto aprendo tanto individualmente como colectivamente, eso es lo que debemos tomar de estas desafortunadas experiencias”, señala Hernández.

4. Cuestionarse

El terremoto ha llevado a muchos a cuestionarse, y hay que sacar el mejor provecho de ello, sugiere la coach: “estos sucesos nos ayudan a reflexionar, a preguntarnos de qué nos dimos cuenta en estos momentos de vulnerabilidad, qué hemos hecho de nuestras vidas, si nos iríamos tranquilos o dejaríamos muchos pendientes, si estamos dando lo mejor de nuestras vidas en cada cosa que hacemos y con cada persona; es tiempo para reajustar y resetear, empezar de cero”.


5. Aportar desde cada trinchera

Algunos creen que regresar al trabajo es ignorar el momento de ayuda que requiere la sociedad y los afectados, sin embargo, para la experta no es así.

“Si de entrada uno no puede ayudar como lo hacen algunos que están 12 horas en labores de rescate, hay que pensar de qué manera me puedo entregar con esa pasión por la vida, de qué forma, a través del trabajo, puedo dignificar y ofrecer lo que hago en pro de la sociedad, de no ver caer a México.

“No necesitas ser el gran héroe, muchas veces podemos hacer o provocar cambios desde nuestro trabajo, siendo productivos desde un cubículo”, asegura.

6. Reactivar el ánimo

Es normal sentir un aletargamiento, un cansancio físico debido al estrés y a la cantidad de sensaciones producidas por los recientes acontecimientos. “Al ver las cosas objetivamente y analizando cuál es el rol que nos toca podemos empezar por activarnos físicamente y quitarnos la parálisis del miedo”, explica Hernández.

7. Tener voluntad de apoyo

La inercia de la solidaridad no tiene por qué decaer. Se puede mantener la voluntad de apoyo desde acciones tan sencillas como ofrecer un aventón al trabajo, apoyar a los compañeros de la oficina que lo requieran o dentro de la misma familia.

“Es buen momento para transformarnos en mejores seres humanos: la reconstrucción no tiene que ser sólo de la ciudad y sus edificios, sino también de la sociedad y, sobre todo, de los individuos”, sentencia.



Por: Ricardo Dorantes

Vía: Alto Nivel



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